Cuando el caminante canta en la oscuridad desmiente su estado de angustia, mas no por ello ve más claro.
Sigmund Freud.
La Caja de Muertos (Deadbox) es un juego infantil que se juega con chapas de botella sobre un itinerario rectangular dibujado con tiza. En el centro de este rectángulo se traza otro más pequeño en el que se dibuja una calavera con dos huesos cruzados.Si una chapa cae en el recuadro central -la caja de muertos- su dueño queda eliminado o tiene que volver a empezar, según las reglas preestablecidas, lo que da a este juego cierta semejanza con el Juego de la Oca.
-¡Cuidado, son los PATOs!
-¡Policía Anti Terrorista Orbital! ¡Soy el comandante Hjälte! ¡Que
nadie se mueva! ¡Tirad las armas!
-Tranquilo, ya está, ya está. Que somos unos mandados, hombre.
-Mandados del hombre más peligroso del Universo. ¿Dónde está el
Doctor Blådåre?
-Ni idea. Me dijo que si venías por aquí te diera esta caja.
-¡Quieto! ¡Como intentes abrirla te frío!
-Se activa con tu voz, según me dijo, así que en cualquier momento
hará lo que tenga que hacer...
-"Saludos, Comandante Hjälte. Dispuse que esta caja se activara ante
tu voz porque sabía que no podrías estar ausente en tu momento de
triunfo. Has ganado, lo reconozco. Has frustrado todos mis planes, has
batido y descubierto todos mis escondrijos. Celebra tu triunfo, pero
lamento comunicarte que no podrás llevarme encadenado a tu carro,
porque cuando estés oyendo esta grabación, habré dejado de existir.
"Pero si he eludido el papel de trofeo en tu carroza triunfal, me
he reservado a cambio otro no menos importante: el del que te repetirá
continuamente desde tus espaldas que recuerdes que eres un mortal, y
que de eso no te libran ni tus poderes mentales, ni tus rayos
energosomáticos, ni tu casi completa invulnerabilidad a toda arma conocida. Mi
cerebro conservado y parcialmente operativo muere poco a poco dentro de
esta caja, Hjälte, y sus últimos destellos de pensamiento organizado
se dedican, en exclusiva, al problema de la otra vida.
"Voy a analizar las experiencias cercanas a la muerte que vive todo
cerebro en este trance. Gracias a mi insuperada capacidad intelectual y
a ciertas ayudas cibernéticas que he desarrollado e instalado en esta
caja, estoy más que razonablemente seguro de que podré llegar a
conclusiones definitivas sobre la existencia de una vida después de la
muerte por medio de un análisis presencial de esas experiencias.
"El problema científico más apasionante nunca resuelto, y cuyos
resultados guardaré para mí. Eso sí, dependiendo de la conclusión a
la que llegue la última chispa de mi conciencia agonizante, se
activará un relé interno de esta caja en un sentido u otro, y, según
cómo se active, esta caja implosionará inofensivamente en una
ausencia cuántica, o explosionará su munición de materia-antimateria
con una potencia de diez gigatoneladas, con lo que no quedará ni el
plasma de esta caja, de la estación orbital en la que nos encontramos,
ni de ti mismo pese a tu proverbial invulnerabilidad. Otro sensor
vigila si activas la supervelocidad y detonará para impedir tu fuga,
por lo que te ruego que no frustres mi experimiento supremo, cuyo
resultado tal vez arroje mejores consecuencias para ti que una muerte
segura.
"Adiós, superhombre. Perdóname todo el daño que te hice, como
yo casi te perdono a ti. No soy exactamente un hombre rencoroso, y no
te deseo ningún mal. Pero toda la vida que te queda, que puede ser de
décadas o de unos pocos segundos, vivirás bajo el peso de mi último
triunfo: tú, que te liberaste de ser mi conejillo de indias apenas te
hube creado, vuelves a ser un sujeto de mis experimentos. Yo estoy
dentro de una caja, y tú estás fuera. Pero mientras yo conozco mi
estado actual con toda certeza, el que no sabe si está vivo o está
muerto eres tú.
"Me reitero en que no sabrás, si sobrevives a este experimento,
cuál de las dos posibilidades en cuanto a la vida después de la
muerte activa la bomba o te salva la vida. Es un problema que resuelvo
sólo para mí, y ya te llegará el turno de conocerlo. Pero si ese
turno tarda mucho en llegar, oh, superhombre Hjälte, poderoso e
invencible, nunca, en todos tus años, olvides el miedo que estás
pasando ahora, ni dejes de oir la voz de esta caja, la voz de un hombre
muerto que te recuerda que tú también eres mortal.
Etiquetas: Canciones de viaje
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