Terra Incognita

Una blog de creación literaria, sesgada hacia la Fantasía © Ignacio Egea Rodríguez 2.004


Diez negritos especializados.


-Definitivamente, hay un impostor entre nosotros. Lo que es peor: es
también un asesino.

Los siete restantes supervivientes asintieron sombriamente, sin trazas de sorpresa. Todos habían llegado a la misma conclusión. Trodart, el especialista en óptica gravítica, siguió hablando.

-Hay algo peor. Kossuth estaba muy cerca de descubirlo. Antes de morir, pudo aporrear la puerta de la esclusa en código morse. He revisado los registros de los sensores de microimpactos en el casco, y filtrando por Fourier el ruido de fondo, he logrado hacerme una idea de su mensaje. Nuestro enemigo es un telepasivo.

Una exclamación de sorpresa y horror surgió del grupo. Había habido rumores de que una rebelión contra los estamentos especializados se incubaba en las ciudades dormitorio. Pero concentrados en su trabajo, aquellos miembros de la subclase tecnocientífica nunca habían pensado que un día ese conflicto pudiera afectarle a ellos. Rebeldes, agitadores, infiltrados, guerra, política, opresión. Eso era cosa de
los estamentos demagógicos, de los intercomunicativos, de los de seguridad. ¡Que aquella basura indolente de clases medias telepasivas se revolviera contra esas clases que les despreciaban, no contra ellos!.

-Si es cierto lo que dices - repuso Arara, el ambientalista -supongo que quiere apoderarse de la nave, de su núcleo de antimateria y de su tecnología experimental de intervención de comunicaciones, matándonos a todos uno por uno. Pero no podría ocultarse mucho tiempo: su falta de conocimientos especializados en la tarea que tenga asignada lo delatará.

-¿Seguro, Arara? ¿Y quién puede evaluar aquí la falta de conocimientos de otro a dos semanas de retardo de comunicaciones con la Tierra? ¿Qué sabes tú de óptica gravítica? ¿Y de psicología sexoconvivencial, la materia de Kossuth? Somos especialistas, no lo olvidemos. Toda nuestra vida desde que nos dieron los resultados del test de perfil, a los cinco años, dedicada a una parcela de conocimiento, apartados de lo que no fuera imprescindible. Cualquier telepasivo suficientemente listo sabe de cualquier materia que no sea la nuestra más que nosotros. Y no habrán asignado a esta misión a uno torpe.

-Sí estamos todos cualificados para el estudio de registros de uso de ordenador. Si uno de los especialistas utiliza demasiado apoyo de los sistemas expertos para cumplir sus tareas, es porque no sabe desenvolverse solo: ahí lo cazaremos.

-Kossuth ya pensó en ello. Ya te he dicho que andaba muy cerca de cazarlo, lástima que haya sido el segundo en morir. Su especialidad psicológica le obligaba a tener una cierta idea de todas nuestras disciplinas; era el menos especializado de nosotros, y el más capacitado para esta investigación. Y en cuanto a los registros de
sistemas expertos, no encontró una diferencia significativa entre los perfiles de cada uno. Y ahora me doy cuenta de por qué. ¡Je, y yo creía que sólo me pasaba a mí!:
"Mira, Arara. Los últimos descubrimientos en cada una de nuestras especialidades llegan mucho más rápido de lo que los especialistas podemos asimilarlos; en cambio, un sistema experto se puede actualizar constantemente. El resultado es que ninguno de nosotros a duras penas sabe lo que hace cuando desempeñamos nuestras tareas, y utilizamos asistencia informática constantemente. Tampoco somos especialistas de investigación punta, admitámoslo.

-¿Qué podemos hacer entonces? Digas lo que digas, opino que tarde o temprano debe cometer un error evidente. Cualquier cosa que haga o diga que lo delate como no especializado, lo bastante básica como para que los otros podamos detectarla. Tal vez incluso ha cometido errores ya, pero nos han pasado desapercibidos. A partir de ahora estaremos alerta. Y haremos lo posible por sobrevivir hasta que la Tierra reaccione y nos envíe un test de capacitación profesional para cada uno: la prueba
definitiva.

-Un mes hasta entonces. Y hasta que lleguen los resultados, otro mes. Vamos a pasarlo mal.

-Sería sólo un mes. En vez de mandar un simple test, mandarán una actualización del sistema operativo de la nave, con un sistema experto que pueda evaluar por sí mismo los resultados y tomar el control de los sistemas para inmovilizar o ejecutar al impostor. Incluso podría ser capaz de interrogarlo adecuadamente.

Aquella voz era la de Mirna, la técnico de sistemas informáticos. Arara y Trodart se quedaron mirándola. Trodart siguió llevando la voz cantante.

-Un mes sólo. Bien. La verdad es que no tenía ni idea de que los sistemas expertos pudieran llegar a asumir tareas de control sobre personas; no debía haberme extrañado. Una muestra más de los pocos conocimientos que tenemos en común los unos con los otros. Mirna, creo que debemos considerarte fuera de toda sospecha. Has demostrado conocimientos en tu parcela inaccesibles a un telepasivo. Así que
vamos a poner este asunto en tus manos. ¿Puedes diseñar un sistema experto que haga un test de capacitación personal como el que nos mandarán seguramente desde la Tierra?

-Sí, si alguien me diera las bases de datos de conocimientos específicos sobre las que basar los baremos.

-O sea, que no, dado que los únicos que podrían hacerlo son los mismos
sospechosos.

-Exacto. - asintió Mirna tristemente- Otra solución sería poner toda
la nave bajo control de un sistema de seguridad inteligente. Nadie podría moverse sin ser registrado continuamente, y nuestras vidas estarían razonablemente seguras hasta que la Tierra tomara cartas en el asunto.

-¿Por qué no lo has hecho ya?

-No puedo hacerlo sin las claves de autorización del especialista de seguridad y control. Y Dobermann fue el primero en morir.

-Sí, joder. Nuestro telepasivo sabe lo que se hace. La única forma de
descubrirlo va a ser vigilarnos mucho los unos a los otros e investigar cualquier comentario sospechoso, cualquier actividad que pudiera implicar un conocimiento distinto a las parcelas asignadas.

-Lo que nos lleva a ti, Trodart- dijo súbitamente Arara.

-¿Qué quieres decir?

-Que te has postulado sin consultarlo con nadie como el sucesor de Kossuth en la investigación de este asunto; y ésa es una tarea que te coloca en una posición en la que te sería más fácil resguardarte de una investigación en el caso de que fueras el impostor.

-Las circunstancias nos obligan a sospechar, así que no puedo ofenderme por lo que dices. Pero alguien tiene que desempeñar ese cometido, y es absurdo insinuar que sólo eso sea una prueba de culpabilidad.

-No es sólo eso. Algunos de los conocimientos que has aplicado durante el análisis de las pruebas no parecen corresponder a tu especialidad. Como bien has dicho, debemos estar atentos a cualquier indicio de que uno de nosotros tiene conocimientos que no le corresponden. Tomé la precaución de grabar esta reunión, y.. mmm, perdona que consulte con mi perso, has hecho alusiones que creo que no corresponden a un óptico. ¿Qué es ese Fourier que has dicho antes?

-Es un buen intento, Arara. Te felicito. Pero es una técnica matemática que entra dentro de los conocimientos básicos de mi especialidad, y en la de unos cuantos especialistas más. Sólo tenéis que examinar mis registros curriculares y ver si alguna vez se me ha impartido esa enseñanza.

-He accedido por sublim a los registros de instrucción de óptica- interrumpió Mirna- Su diseño curricular concuerda. De todas formas, a ti puede que te pareciera extraño, Arara, porque supongo que un ambientalista no recibe mucha instrucción matemática, pero casi todos los presentes conocen esa herramienta.

-Je, yo ni siquiera sabía que existía- sonrió Arara - Pero creo que éste es el camino que debemos seguir, por mucho que nos obligue a la sospecha continua.

-Si y no.- Trodart volvió a tomar la palabra- También debemos estar atentos a quien presente lagunas en los conocimientos, no sólo a los excesos. Al fin y al cabo, un miembro de una clase inferior cuyas únicas labores son atender la televisión, consumir lo que por ella se le propone y mostrarse sumiso en las elecciones periódicas es más que probable que presente lagunas, fallos de expresión, sutiles diferencias en su manera de hablar, por listo que sea, y no porque presente,
digamos, "exceso de interdisciplinariedad".

Y hemos de tener mucho cuidado para que el asesino no pueda quedarse solo ni un segundo, ni acompañado de un solo compañero a quien pueda eliminar por sorpresa. Quedamos ocho. Nunca debe formarse un grupo inferior a tres. Se interrumpen todas las tareas asignadas, salvo las imprescindibles de mantenimiento. De momento, tres en la sala de mando; otro grupo de tres a descansar, y alguien que venga conmigo a rescatar
el cuerpo de Kossuth de la esclusa. Como sólo seremos dos, que el grupo de la sala de Mando nos monitorice continuamente. ¿Quién viene conmigo?

-Yo voy- dijo Arara- Kossuth siempre fue muy atento conmigo; ya sólo puedo hacer eso por él.- se pusieron en pie y se dirigieron hacia el ascensor- Por cierto, Trodart, todavía no nos has contado como murió.

-Como era de esperar, dado que lo encontré en la esclusa de salidas extravehiculares. Supongo que alguien lo encerró allí por sorpresa y saboteó los controles para que no pudiera salir. Nadie lo oyó, y allí estuvo quién sabe cuánto tiempo hasta que las sondas periféricas trajeron las muestras de polvo cometario y la esclusa se abrió. Hasta entonces, estuvo aporreando en morse como un loco. Tal
vez conocía la identidad de su asesino, pero no he podido extraer de entre el ruido de fondo más que una palabra: "telepasivo".

-Era un tipo valiente. Horas esperando la muerte y él luchando por ayudarnos, hasta que se asfixió. Es una muerte terrible, la anorexia.

-Perdona, Arara. Estaba sumido en mis propios pensamientos, y no te he oído.

-Digo, que es una muerte terrible, la anorexia.

-¡Ajajá! ¡Te pillé!

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