Y su séquito de necias e imprudentes.
2 Comments Published by Ignacio Egea on 19 mayo 2006 at 1:54 a. m..Me encontré con la Ira por la calle, me dijo que cuando llegara a casa cogiera a esa imbécil y le diera una buena lección. Lujuria se me cruzó por la escalera: me propuso que echáramos un polvete rápido en su piso, que nadie iba a saberlo. Adicción me llama continuamente por el móvil: yo le digo que pienso en ella todo el día; ella me replica que no lo parece, que la tengo cada día más abandonada.
Al final llego a mi casa y allí me espera ella, mía, sólo mía, y seguiré para siempre solo con ella. Me da muchos malos ratos, ya lo sé. Pero si vivir con mi Tristeza ya es difícil; para colmo ¡viven tan cerca todas sus amigas!
Soberbia no hace más que decirme que valgo demasiado para ella. Frivolidad siempre quiere sacarme a alguna fiesta. Sordera, afortunadamente, no me pasa los recados. Y así sigo con mi Locura, y toda mi vida le he sido fiel.
Por lo menos, eso creo: Desmemoria no me deja recordar más que lo que me conviene.
(Ilustraciones de Jenny Schmid)
Etiquetas: Trasuntos
Y como no serle fiel a la única que nos ata realmente a esta tierra? Buena histria! Me gustó mucho. Saludos!
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